
El índice de masa corporal (IMC) es la medida más utilizada para determinar si una persona tiene sobrepeso u obesidad. Ésta medida es obtenida mediante una división del peso corporal sobre la estatura al cuadrado, mediante la fórmula IMC= Peso (Kg) / estatura al cuadrado (metros). El IMC no discrimina si el exceso de peso está dado por tejido graso o por masa magra (tejido muscular y hueso). Por esta razón la mejor forma de conocer si una persona tiene o no exceso de grasa corporal es mediante la medición de la composición corporal.
La composición corporal es la proporción que tiene una persona de masa grasa y masa libre de grasa o masa magra. La masa magra o masa libre de grasa, es la masa muscular, masa ósea, agua corporal y masa de órganos internos. La medición de la composición corporal se puede realizar por múltiples técnicas como tomografía computarizada, resonancia nuclear magnética, absorbimetría dual por rayos X (DXA), impendanciometría, entre otros.
Al conocer la composición corporal, es posible clasificar a las personas de acuerdo a su composición corporal y establecer alteraciones específicas de la composición corporal como obesidad (exceso de masa grasa o adiposidad), sarcopenia (baja masa muscular), osteopenia y osteoporosis (baja masa ósea) y determinar metas de tratamiento para mejorar la composición corporal.
La composición corporal también es una herramienta que facilita evaluar el estado físico de una persona, en especial en situaciones en las que el peso corporal y el IMC no son confiables o suficientes, por ejemplo, una persona puede responder de forma favorable a un plan de alimentación y ejercicio, sin presentar un cambio significativo en su peso y su IMC, en este caso la composición corporal permite determinar si hay aumento en masa muscular y pérdida en masa grasa, lo cual es imperceptible al evaluar únicamente el peso o IMC.
Además, una persona puede ser clasificada en peso normal por IMC, sin embargo, la composición corporal puede mostrar exceso de grasa corporal y/o deficiencia de masa muscular y ósea, con un consecuente aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y óseas, similar al riesgo de personas con obesidad determinada por IMC.
Otra guía utilizada con frecuencia en la práctica clínica es la medición de circunferencia abdominal, la cuál permite diagnosticar obesidad abdominal, es un factor de riesgo cardiovascular ampliamente conocido que además se encuentra asociado a mayor riesgo de enfermedades metabólicas como diabetes. Una persona puede tener un peso o IMC normal y sin embargo tener obesidad abdominal. La definición de obesidad abdominal para población latinoamericana es más de 80cm de cintura abdominal en mujeres y 90cm en hombres.
Composición corporal normal.
No existe una composición corporal ideal. Un cuerpo saludable debe tener un bajo porcentaje de masa grasa y un alto porcentaje de masa ósea y muscular. Un hombre promedio tiene un porcentaje de grasa corporal de 18 a 24% y una mujer promedio 25 a 30%. Se considera un porcentaje de grasa elevado en hombres más de 25% y en mujeres más de 30 a 35% de acuerdo a la población. Sin embargo, estos valores deben ser ajustados y analizados de acuerdo a la edad y la etnia de cada persona.
La composición corporal cambia según el género y la edad de la persona, por ejemplo, las mujeres tienen un mayor porcentaje de grasa corporal, los hombres tienen un mayor porcentaje de masa muscular, las personas mayores tienen un aumento progresivo del porcentaje de masa grasa y pérdida progresiva de masa muscular. En particular, varios estudios han demostrado aumento en el porcentaje de masa grasa en mujeres postmenopausicas.
Un estudio en población universitaria de Bogotá Colombia, publicado en la revista de Nutrición Clínica y Dietética Hospitalaria, encontró un porcentaje promedio de grasa corporal en hombres 16% y mujeres 25%, otro estudio en mujeres postmenopáusicas encontró un promedio de grasa corporal de 34%.
Así mismo la distribución de la composición corporal cambia de forma significativa según la actividad física preferente de la persona. Estudios han demostrado diferencias en la composición corporal según el deporte practicado, por ejemplo, en deportistas de alto rendimiento, se ha demostrado deportes ciclismo, corredores de maratón, fisicoculturismo y gimnasia, se asocian a menores porcentajes de composición corporal, donde los atletas de alto rendimiento pueden llegar a tener valores de grasa corporal tan bajos como 5% en hombres y 10% en mujeres.
Conclusiones.
El estudio de composición corporal es una mejor forma de evaluar el exceso de grasa corporal y de clasificar a una persona con exceso de adiposidad u obesidad.
El índice de masa corporal y la circunferencia abdominal son guías útiles de exceso de grasa corporal, sin embargo, no son la mejor forma de diagnosticar y realizar seguimiento a la obesidad.
Los cambios realizados en los estilos de vida que realiza una persona, como dieta, actividad física y deporte, deberían estar encaminados a tener una composición corporal mejor y más saludable, a disminuir su porcentaje de grasa y aumentar su porcentaje de masa ósea y muscular. No se debe medir el éxito de éstos cambios únicamente con el peso.
A medida que aumente la disponibilidad de equipos y se direccionen recursos de los sistemas de salud para el manejo de la obesidad, las técnicas de medición de composición corporal podrán ser utilizadas de forma más frecuente en el diagnóstico y tratamiento de la obesidad.
Referencias
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